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¿Le temes a la grasa corporal?

¿Alguna vez te has preguntado qué papel juega en nuestro cuerpo esa sustancia misteriosa y a menudo incomprendida que llamamos grasa? Aunque se le ha considerado un enemigo de la salud, la grasa corporal es en realidad un componente esencial que desencadena un fascinante y complejo conjunto de funciones en nuestro organismo.



Primero me parece necesario aclarar que la grasa corporal y el macronutriente grasa son diferentes, de hecho el término clínico para referirnos a la grasa corporal es tejido adiposo y éste se conforma por un grupo de células llamadas adipocitos distribuidas por casi todo nuestro cuerpo —el dorso de pies y manos o el cartílago de la oreja son de las pocas zonas que carecen de grasa.

Mujer

Te decía al inicio que el tejido adiposo resulta esencial, sobre todo para procesos como el metabolismo; además, contribuye a la seguridad y el funcionamiento general de nuestro organismo. También protege los órganos, los huesos, nos brinda energía (¿sabías que gracias a las reservas de grasas los seres humanos podríamos aguantar hasta 40 días sin comer?), balancea el apetito, es fundamental en la metabolización celular en general y nos ayuda a mantener una temperatura corporal estable al aislar el calor y protegernos del frío.


Hay que añadir que algunas hormonas están relacionadas con la grasa corporal y su distribución, como la leptina, que regula el apetito, y la adiponectina, que influye en la sensibilidad a la insulina.


Tipos de grasa

Una de las clasificaciones de tejido adiposo que yo considero más práctica es aquella que la divide en subcutánea y visceral. ¡Ojo! Que hay otros tipos de agrupaciones.


Mayo Clinic hace esta diferenciación:

"La grasa subcutánea es la grasa abdominal que puedes sentir si pellizcas el exceso de piel y tejido en la parte media de tu cuerpo. La grasa visceral es la grasa abdominal que se acumula en el abdomen en los espacios entre los órganos" —a esta última le añadiría que, debido a que está rodeada por órganos como el hígado, riñones e intestinos, no podemos apreciarla a simple vista.


Diferencias entre la grasa subcutánea y la grasa visceral

  1. Funciones: la visceral tiene un papel más significativo en el metabolismo y en el funcionamiento de órganos internos; además de almacenar energía, secreta hormonas y otras sustancias que pueden influir en la resistencia a la insulina y el equilibrio hormonal. Por su parte, la subcutánea funciona como reserva de energía, aísla térmicamente el cuerpo, asimismo protege los órganos y tejidos subyacentes de posibles daños externos.

  2. Riesgos para la salud: la grasa subcutánea no presenta tantos riesgos para la salud como la grasa visceral. La grasa subcutánea tiene funciones importantes, como el aislamiento térmico y la protección de órganos, pero el exceso de grasa visceral está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas.

El riesgo de la grasa visceral

Si bien la grasa corporal es esencial, no todas las formas de grasa son iguales. La grasa visceral, que se acumula alrededor de los órganos internos en la cavidad abdominal, presenta mayores riesgos para la salud que la grasa subcutánea que se encuentra justo debajo de la piel.

Enfermedad Cardiovascular

El exceso de grasa visceral se ha relacionado con varios problemas de salud, como:

  1. Enfermedades cardiovasculares: la grasa visceral puede aumentar los niveles de colesterol y triglicéridos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

  2. Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2: la grasa visceral produce sustancias químicas que interfieren con la acción de la insulina, lo que puede desencadenar en una resistencia a esta hormona y aumentar el riesgo de diabetes tipo 2.

  3. Enfermedades metabólicas: el exceso de grasa visceral se ha asociado con el desarrollo de síndrome metabólico, que incluye presión arterial alta, niveles elevados de azúcar en sangre, niveles anormales de lípidos y obesidad abdominal.

  4. Inflamación crónica: la grasa visceral secreta moléculas proinflamatorias que pueden contribuir a la inflamación crónica en el cuerpo, lo que se asocia con diversas enfermedades.

En resumen, la grasa corporal es una parte esencial de nuestro organismo con funciones vitales que nos permiten mantener un equilibrio energético y una temperatura adecuada. Sin embargo, debemos prestar especial atención a la grasa visceral, ya que su acumulación excesiva puede conllevar riesgos significativos para nuestra salud. Mantener un estilo de vida saludable, con una dieta balanceada y actividad física regular, puede ayudarnos a mantener un adecuado nivel de grasa corporal y reducir el riesgo de complicaciones asociadas con la grasa visceral.


Si tienes la percepción de que tus niveles de grasa visceral no son los más adecuados y que esto repercute negativamente en tu salud en buen estado, ¡agendemos una consulta nutricional! Estoy segura de que trabajando hombro a hombro lograremos impactar de forma positiva en ti.




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