No es raro que cuando vamos a comprar yogur nos encontremos con algunos que aseguran contener probióticos, es decir microorganismos vivos cuyo consumo beneficia nuestra salud, pero ¿en qué radican las bondades de estas “bacterias”?, ¿solo los podemos obtener de este alimento lácteo (yogurt)? Aquí te respondemos estas y otras dudas.
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Como expresamos arriba
Llamamos probióticos a los microorganismos vivos, especialmente bacterias, no patógenas (o sea, no dañinas para nuestro cuerpo), que al ingerirse en cantidades suficientes, optimizan el equilibrio microbiano intestinal e impactan positivamente en la salud de su hospedador, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Probiótico proviene de la frase griega pro bios, que se traduce como “a favor de la vida” y, en términos concretos, este tipo de microorganismos tiene la función de regular nuestra microbiota intestinal, mediante la digestión de la comida y la absorción de los nutrimientos presentes en ella. Hay que decir que una microbiota sana refuerza nuestras defensas y ayuda a combatir la proliferación de bacterias perjudiciales, según la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (ALANUR).
Estos microorganismos también intervienen en la síntesis de vitaminas del grupo B, contribuyen a mantener el equilibrio de la flora vaginal y regulan el tránsito intestinal.
Para que un probiótico pueda categorizarse como tal, la FAO señala que debe cumplir algunas especificaciones como:
Ser habitante normal del intestino humano;
No ser patógeno ni toxigénico;
Resistir a los jugos gástricos y poder crecer en presencia de la bilis;
Adaptarse a la microbiota intestinal sin desplazar a la microbiota nativa ya existente;
Producir sustancias antimicrobianas; y
Tener capacidad para aumentar de modo positivo las funciones inmunes y las actividades metabólicas.
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Entre los probióticos más comunes destacan:
Lactobacilos
Bifidobacterias
Saccharomyces
Estreptococos
Enterococos
Escherichia
Bacilos.
De las cepas Lactobacillus casei Shirota, Lactobacillus rhamnosus GG, Lactobacillus johnsonii LA1 y Lactobacillus acidophilus NFCB 1748 se sabe que resultan seguras, además benefician la salud humana.
¿Qué alimentos contienen probióticos?
Al inicio de este texto nos referimos al yogur como uno de los alimentos que garantiza proveernos de probióticos. En algunos casos esto es cierto siempre y cuando al producto se le agreguen lactobacilos o estreptococos; los beneficios dependerán del tipo de probiótico que se emplee así como de la cantidad utilizada.
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También hay probióticos en algunos alimentos fermentados, como:
El jocoque
La kombucha
El chucrut
Las aceitunas
Pues, gracias a la fermentación, estos productos se enriquecen con levaduras y bacterias vivas que benefician nuestro sistema digestivo. Sin embargo, hay que aclarar que, como precisa la ALANUR, “no todos los alimentos fermentados son probióticos ni todos los probióticos se encuentran disponibles exclusivamente en alimentos fermentados”.
No solo la comida puede darnos los probióticos que necesitamos, estos se encuentran en algunos suplementos alimenticios con forma de cápsulas, pastillas o suspensiones.
Si estás considerando incorporar algún probiótico, acércate a un especialista, como Nutrición Claret donde, a través de las asesorías personalizadas y talleres, recibirás la orientación que necesitas para elegir el suplemento que se adapte a tus necesidades y que te ayude a mejorar tu salud digestiva.
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